La lectura y la escritura son habilidades básicas de comunicación, aprendizaje y lenguaje, esenciales para los seres humanos. Pero estas habilidades no son innatas, sino que se aprenden. El aprendizaje de la lectura y la escritura es uno de los más importantes y complicados. Y es habitual que en este proceso aparezcan dificultades en la lectoescritura.
Cuando estas dificultades aparecen y no son tratadas de manera adecuada se suelen desencadenar dificultades en el aprendizaje. Por ello es esencial prestar atención a estas dificultades y ponerle solución desde un primer momento, para permitir un aprendizaje y desarrollo de la lectura y de la escritura adecuado.
El desarrollo y aprendizaje de la lectoescritura es un proceso complejo y largo. Lo que quiere decir que necesita de un tiempo, influyendo el nivel de madurez para su adquisición.
La lectura y escritura implican un avance en el desarrollo del lenguaje. Implica que una vez adquirido el lenguaje oral, se va a adquirir el lenguaje escrito.
La mayor dificultad para el aprendizaje de la lectoescritura es su carácter arbitrario. La lectura y la escritura requieren la capacidad de hacer corresponder un sonido o fonema (el que se emplea en el lenguaje oral) con un símbolo o grafema (el equivalente en escrito). La arbitrariedad con la que se asocian los sonidos a las letras, es la fuente que genera dificultad.
Es normal que aparezcan dificultades en el proceso de lectoescritura, aunque algunas serán más pronunciadas. Y pueden ser:
- No haber alcanzado la madurez necesaria para adquirir los procesos, que les permita comprender la arbitrariedad que une fonema con grafema.
- Dificultad de aprendizaje que hace más complicado establecer la relación mencionada.
- Dificultades emocionales, generadas por algún tipo de malestar que dificultan el desarrollo del proceso.
- Dificultades atencionales, motivacionales, etc.
Y ¿qué podemos hacer ante estas dificultades?
Cualquier dificultad en el proceso de lectoescritura o cualquier otro aprendizaje requieren una atención específica y especial. Cada dificultad requiere una intervención única, adaptada tanto a la dificultad, como a la persona. Pero podemos:
- Estimular el desarrollo del proceso.
- Buscar actividades que estén relacionadas con las dificultades y sean motivadoras.
- Explicar al niño o la niña la importancia de la lectura y de la escritura.
- Mostrarle la importancia de estos procesos en la vida cotidiana, desde unas instrucciones, mensajes de texto, lecturas académicas, libros de entretenimiento, mapas, etc.
- Léele cada día para despertar su interés.
- Inventa juegos con las letras que les sirvan de ayuda: busca las letras D de este texto y ahora la letra M. (puedes usar todas las letras que quieras), vamos a quitar una letra de esta palabra a ver qué pasa, vamos a buscar palabras que empiecen por,…..etc.
- Usa sopas de letras, crucigramas y juegos de letras tradicionales.
- Ten paciencia y no fuerces al niño o la niña.
- No le etiquetes o taches de torpe, tonto, desmotivado, etc..
Información obtenida de www.educayaprende.com