POSPARTO EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS

El posparto es uno de los momentos más vulnerables para las mujeres, y el confinamiento, puede agravarlo y aumentar el riesgo de sufrir depresión posparto.

Pasar el posparto en aislamiento es una experiencia dura, ya que las expectativas que te has creado no se están cumpliendo. Al final os cuento mi experiencia, ya que mi segunda bebe es de la generación coronavirus.

Vives solo con tu pareja y un bebé que acaba de llegar al mundo y viene sin manual de instrucciones. Por lo que el estar encerradas en casa, y no poder salir de ella, dificultan el proceso. Ya que en estos momentos las madres necesitan, además de la pareja, la compañía de otras madres, como su propia madre o amigas con hijos pequeños, en las que verse identificada y entendida.

Por lo que la falta de esta red de apoyo puede dificultarlo todo, especialmente a las primerizas, que son las que más dudas tienen y necesitan más apoyo en el inicio de la lactancia.

Como explican los expertos, cualquier madre puede sufrir una depresión posparto, aún sin contar con enfermedades previas, porque el simple hecho de convertirse en madre, ya es un factor de riesgo. Pero si a esto le sumamos el estado de alarma en el que vivimos, lo aumentan.

Los factores de riesgo en estos momentos son:

-tener poco apoyo familiar.

-contar con parejas violentas.

-estar al cuidado de otros menores.

-embarazos y partos difíciles, como puede ser, el no contar con un acompañante en el momento del parto, o separar a la madre del bebé.

Por ello es importante que, después del parto, se haga un seguimiento especial con estas madres, recomendándoles que busquen un espacio para cuidar de su salud. Se les están mandando vídeos, audios, haciendo grupos online,…, por parte de las matronas. Pero… a veces no es fácil ni suficiente. Por lo que se recomienda, y en mi opinión, es lo más importante, tener y/o crear una tribu, una red de apoyo. Aunque tenga que ser a través de videollamadas en estos momentos. De este modo la situación será más llevadera para estas mujeres.

Es importante estar en contacto con otras mujeres que estén pasando por el mismo momento que ellas. Ya que el no poder contar con los familiares ni amigos, el no poder salir a pasear con el bebé e incluso, no poder ir al pediatra con normalidad,…hace que alguna madre se desborde. Y si a eso se le suma el miedo a enfermar ellas y sus bebés, hace que todo se incremente.

Todavía no se sabe si van a haber más depresiones posparto después de todo esto, pero si que es importante, y más que nunca, una detección precoz.

Por lo que las madres debemos estar atentas a todos los síntomas. Ya que ahora el sentirnos solas es algo que parece normal. Pero no se debe pasar por alto, y se debería de pedir ayudar cuando se sientan solas, tristes y desbordadas.

Para evitar la depresión posparto, os dejo algunos consejos:

mantén un contacto estrecho con tu ginecólogo, matrona,… Vía telefónica o mail, pudiendo contactar con ellos ante cualquier duda que te surja.

dialoga mucho con tu pareja. No pretendas que entienda como te sientes, debes expresárselo. Tampoco intentes llegar a todo sin ayuda, sin apoyo. Por lo que es muy importante hablarle sobre tus necesidades y sentimientos y dejarte cuidar.

-toma el sol. Si tienes balcón, terraza,… no dudes en salir, y si no, abre la ventana y que el sol te de en la cara.

mira a tu  bebé y enamórate de él en cada momento. Piensa que todo pasa por algo y que para tu bebé el tenerte 24/7 a su disposición es lo mejor que le puede pasar y que no está en ningún sitio mejor que en tus brazos.

Y no podemos olvidar el gran trabajo que están haciendo ahora las madres para acudir a las visitas de hospitales y al paritorio, dejando en la puerta el miedo y centrándose en lo más importante, la llegada de su hijo.

Mi experiencia

Esto lo he vivido en mis propias carnes.

Mi bebé, la segunda, la becaria, nació el 25 de abril, fue una cesárea programada. Al principio tenía muchas ganas de llegar al mundo, pero cuando llegó la hora, creo que sabía lo que venía y decidió que en el hotelito estaba mejor, así que…toco desalojo forzoso.

En el quirófano, donde si estuvo el buen padre, ya oí hablar del coronavirus, pero no había miedo, todo lo contrario, era algo que se veía lejano. De echo la cesárea fue ese día porque mi ginecóloga, a la que adoro y sólo tengo palabras de agradecimiento, se iba al día siguiente de congreso. Tengo un buen recuerdo de ese momento, incluso mientras lo preparaban todo, habían risas. Muy diferente al primero, pero eso es para otro post.

El tiempo en el hospital bien, normal. El tercer día nos fuimos a casa, viernes, de cara al fin de semana. Bien pensé yo, así ya estamos en casa los cuatro juntos. Incluso el sábado ya salimos a pasear.

Esas dos primeras semanas de vida de la becaria, pudimos salir, pasear en familia, que dice el becario, y se la pudo presentar a sus amigos, de lo que tenía muchas ganas. Fuimos a las visitas de pediatra y matronas de manera normal. Y ahí se paro todo. El 13 de marzo todo fuera se paro. Ya no podíamos salir a pasear. No había cole. Y no habían trabajos, aunque nosotros estábamos de baja.

En ese momento no me preocupó no ir a las clases posparto que había ido con el primero. Pero porque pensé que sólo iban a ser 15 días, un mes a lo sumo. Serían las hormonas que no me dejan ver la realidad. Ahora las echo tanto de menos… Tener ese ratito para poder cuidarme y hablar con otras mamas y/o profesionales que es tan importante, como comentaba antes.

Ahora, dos meses después de haber empezado el estado de alarma me doy cuenta de la gravedad de la situación. Aún hoy me da miedo a veces salir a la calle y que el bicho pueda entrar en casa. El becario está muy concienciado. Zapatos fuera de casa “para que no entre el coronavirus a casa”, y nos lavamos las manos con agua y jabón al llegar para estar limpios y poder tocar a la hermana.

Y todo pasa por algo. En mi caso creo que ha sido para poder vivir este momento los dos niños juntos. Han creado un vínculo envidiable. Los estoy viendo crecer juntos, que de otra manera, me habría perdido momentos del mayor, y que cuando vuelva a trabajar, no veré.  Estoy viviendo momentos y experiencias que de otra manera no habría vivido. Y estoy llenando su mochila de recuerdos.

Así que,…, voy a disfrutar de estos días con los dos en casa, aunque a veces me apetezca salir corriendo, porque el tiempo no vuelve y ellos crecen muy rápido.

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