Ahora al principio de curso, donde los aprendizajes están siendo nuevos, los niños aprenden cosas nuevas,…, y sobretodo en los primeros cursos, aparece la dislexia. Y hoy 10 de octubre, que es el día mundial de la dislexia, queremos dejaros este post.
Pero…, ¿qué es la dislexia? No es una enfermedad, es la dificultad del niño para aprender y percibir, que presentan los niños con un coeficiente intelectual normal, sin problemas de tipo cerebral o neuronal, y enlentece su aprendizaje. Y es bastante común, a pesar de ser poco conocida. Entre un 10-15% de los escolares podrían tener dislexia, y está detrás del 65% del fracaso escolar.
La dislexia es una dificultad, más o menos grave, en el aprendizaje de la lectura, que puede, a veces, repercutir también la escritura, matemáticas u otras actividades escolares.
¿Cuál es la causa de la dislexia?
Existen varios estudios/teorías respecto a las causas orgánicas de la dislexia. Algunas indican que el responsable es el cromosoma 15, y otras que no hay evidencia de problemas cognitivo, neurológico o sensorial.
Los niños disléxicos no tienen ningún déficit mental, son normales e inteligentes, pero no pueden leer de manera correcta. Para ellos, leer requiere un gran esfuerzo y gasto de energía, que debe de quitar del resto de actividades. Por lo que se hace más evidente entre primer y segundo curso, por lo que no hay que atribuir estas dificultades a problemas de conducta, como pereza, desgana…, por lo que no hay que reñir ni culpabilizar, si no que hay que buscar una solución e intervención adecuada, intentando no retrasarla.
¿Qué síntomas se pueden observar en los niños con dislexia?
- dificultades motoras en el deporte debidas a la baja capacidad de coordinar los movimientos.
- confundir conceptos de derecha y la izquierda o arriba y abajo.
- la memoria a corto plazo y la noción del tiempo también puede estar alterada.
- tiene tendencia a ser desordenado, inseguro y vulnerable.
- tarda mucho en hacer los deberes.
- no controla el tiempo que va pasando.
- se inventa palabras al leer.
- lee a trompicones.
- prefiere leer en voz alta para entender.
- tiene mala ortografía o caligrafía.
- se distrae fácilmente.
- tiene una baja autoestima.
- usa excusas para no leer.
- no recuerda lo que ayer sabía.
- inversión en la escritura. Aparecen letras y palabras escritas al revés. Las más comunes son la confusión de las letras “b”, “p” y “d”. Las escribe desde otra perspectiva.
- no entiende las horas del reloj.
¿Cómo afrontarla la dislexia?
El primer paso es que padres, especialistas y profesores trabajen bajo objetivos comunes.
Los padres
Aceptar el problema es el paso más importante, ya que significa que se acepta el problema, y se busca un apoyo y solución, teniendo en cuenta que pueden seguir el ritmo y estudios de los demás sin ningún problema.
Los especialistas
Es muy importante que, al menor signo de dificultad, se consulte inmediatamente a un especialista, para determinar qué es lo que le sucede exactamente al niño, administrándole una serie de pruebas. Si la detectamos entre los cinco y seis años, la evolución es más positiva que si se detecta más tarde. Por eso es muy importante detectarla a tiempo, para que el progreso académico sea adecuado.
Los profesores
Deben involucrarse y trabajar con los padres, para que el aprendizaje sea lo más llevadero posible.
Es fundamental que el niño reciba los apoyo necesarios en la escuela y que se le permita tener más tiempo para hacer ciertas actividades.
Y es importante, por parte de las tres partes, atender al niño cuando éste se sienta diferente a los demás, algo que llega, resaltando sus otras capacidades.
Y ahora que ya han detectado a mi hijo como disléxico…, ¿qué debemos de hacer?
Se puede, grabar las clases y repasarlas de manera auditiva, para que no tenga que leer, así como apoyarnos en las nuevas tecnologías, para que puedan favorecerse de ellas en su aprendizaje.