JUEGO SIMBÓLICO

A través del juego desarrollan muchas de sus destrezas y se van formando una imagen del mundo que les rodea. El juego simbólico es toda actividad lúdica donde el niño representa, ensaya, proyecta, fantasea, etc, a través de juguetes o conductas de juego. Es la capacidad que tiene para imitar situaciones de la vida real y ponerse en la piel de otros, pasando de lo real a lo imaginario, imitando la vida cotidiana de los adultos, los dibujos animados o películas que ve, crea situaciones o escenarios nuevos, fruto de su imaginación. Pero también puede proyectar sus conflictos internos, tensiones y deseos, miedos,… Por ejemplo lo observamos cuando riñe a su muñeca porque no quiere comerse la verdura. El juego es para el niño lo que el lenguaje es para el adulto; y los juguetes son para él lo que las palabras son para nosotros.

A través de este juego el niño representa, de forma simbólica, los roles y las situaciones del mundo que le rodea. Este juego implica “hacer como si” comiera, usando un palillo en vez de una cuchara o “hacer como si” fuera la madre o el doctor de su muñeca.

Un aspecto fundamental del juego es el juego compartido. En un primer momento el niño comparte su juego con los padres pero más adelante comienza a disfrutar jugando con sus iguales, estableciendo metas en común y normas de juego, para poco a poco, ganar en complejidad y número de iguales, siendo juego grupal, por lo que pasa a ser un proceso de socialización.

¿Cómo diferenciar el juego simbólico del juego sin más?
El juego es aquella actividad de ocio que nos gusta y en la que nos lo pasamos bien y el juego simbólico hace referencia al tipo de juego donde predominan los símbolos, donde los objetos que utilizamos tienen un significado añadido, donde se transforman para simbolizar otros objetos que no están ahí. Pero no sólo objetos, también conductas, cuando lo que se hace representa algo distinto, tiene un significado añadido. Es cuando lo real pasa a ser imaginario, lo literal se convierte en fantasía. Por ejemplo, una raqueta de tenis es una raqueta de las que se pone en los pies un explorador del polo norte, una guitarra, una bandeja,…

Pero no todos los juguetes sirven y cada uno tiene su potencial particular. Hay juguetes que representan la vida real, como los muñecos y muñecas, un maletín de médico, utensilios de cocina, herramientas de carpintería… Otros sirven para la expresión y representación de la agresividad y el miedo, como soldados, pistolas, espadas, serpientes, tiburones, …. Otros están más orientados a la expresión creativa y artística, como los colorines y material para dibujar, pintar, moldear…

¿A qué edad empieza el juego simbólico?
Se considera que la edad de inicio son los dos años, aunque depende de la madurez de cada niñ@. Aparece cuando este ha adquirido la capacidad de crear y manejar símbolos, y el lenguaje. En un primer momento el niño se limita a reproducir la vida cotidiana, los cuentos que le leen sus papas, los dibujos que ve…, y aunque entre los dos y tres años aún es muy egocéntrico y prefiere jugar solo o con sus padres, poco a poco, a medida que consolida el lenguaje, la imaginación y la capacidad de representación; va recreando escenarios más complejos, frutos de su fantasía e incluye a otras personas en el juego.

Algo importante en el juego simbólico es el juego compartido, primero con los padres y luego con otr@s niñ@s, y muy importante para ello es el lenguaje, ya que les permite llegar a acuerdos, teniendo un objetivo común y aceptando las nomas del juego. Conforme l@s niñ@s se van haciendo mayores, el juego gana complejidad, y pasa de ser  individual a grupal, siendo el juego simbólico de grupo crucial para la socialización.

Pero no debemos olvidar que el juego simbólico es, ante todo un juego para pasarlo bien. Pero además tiene otros beneficios: Como instrumento de aprendizaje: en el aula es el mayor  instrumento de aprendizaje que existe, con por ejemplo los rincones, esos espacios temáticos, por ejemplo de cocina con utensilios para cocinar, alimentos; rincón de cuentos; de tamaños y texturas diferentes; rincón de peluquería; de coches, con garajes, coches, etc; de música, con instrumentos adaptados,… Con los rincones juegan interactuando, imitando, poniéndose en el lugar de los otros,…, desarrollando la imaginación, creatividad, negociando con un pequeño grupo,…, y surgen emociones tanto positivas como negativas, con un líder, tomando decisiones en grupo e individuales, por lo que también se trabaja la inteligencia emocional.

Como instrumento de terapia: es esencial para el desarrollo de habilidades cognitivas, lingüísticas, emocionales y sociales, por lo que es muy útil utilizarlo cuando surgen dificultades en alguno de esos niveles, ya que aumenta las habilidades verbales para poder expresar pensamientos, sentimientos, reacciones y actitudes más claras.
Nos ayuda para que el niño exprese sus sentimientos, su vergüenza, su frustración, su miedo, su angustia, y ayuda al terapeuta a entenderlos a través de los personajes, porque el niño habla a través de ellos, pero no sólo el niño, el terapeuta también.

El juego es un espacio protegido, donde la realidad es expresada indirectamente, con menos censura y menos resistencias. Es un espacio donde crear o proponer alternativas, sin miedo a equivocarse.

El juego simbólico le ayuda a ampliar su lenguaje, desarrollar la empatía y, sobre todo, consolidar sus representaciones mentales. También es una vía para que canalice sus preocupaciones e incluso encontrar soluciones a sus conflictos ya que recrea diferentes situaciones a través del juego.

¿Cómo puedo estimular el juego simbólico en mis hijos?
Aunque, en principio, es una actividad espontánea, los padres también deben estimularlo:
– jugando con el niño: aprovechando cualquier ocasión y momento para entrar en su mundo de fantasía, jugando a los médicos, a los bomberos,…., y disfruta de ese momento, ayudándole a que sea lo más parecido posible a la realidad y a que aprenda.
– que sea un juego de roles: esto lo conseguimos dándoles los materiales necesarios para que puedan existir estos roles, como por ejemplo regalándole una cocinita con sus utensilios, un maletín de médicos o de veterinario con sus animalitos,… No es necesario que los compremos, podemos pasar un rato divertido y entretenido creándolos nosotros en casa con ellos, así puede elegir los elementos que quiere para su cocinita, tienda,…, y puede recortar, pintar,… con nosotros.
– ayúdale a recrear personajes y situaciones: cuando son pequeños tiene un repertorio limitado de situaciones y personajes a los que imitar, por lo que es importante la figura de los adultos, para proponerles nuevos personajes, situaciones,…, que puedan imitar.

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